“Nuestras máquinas están
perturbadoramente animadas, mientras nosotros mismos estamos aterradoramente
inertes”.
Dona Haraway. “The CiborgManifiesto”,Simians, Cyborgs and women: The reinvention of nature, Londres, Free association Books.
Dona Haraway. “The CiborgManifiesto”,Simians, Cyborgs and women: The reinvention of nature, Londres, Free association Books.
La ciencia-fricción no puede
darse en el mundo que conocemos, esta generada por una alteración aceptable, en
la cual se podría intuir una hipotética explicación racional.
En
la ciencia-fricción habita una fuerza de
rozamiento entre dos superficies de contacto, nosotros y la realidad, y
establecemos una relación con la realidad en la que esta nos desbasta y
nosotros nos erigimos como ente destructor-generador de dicha estipulada y
omnipresente realidad, a ello debemos de sumar la fuerza de resistencia que se
opone al movimiento de ambas partes y la fuerza que se opone al inicio del
deslizamiento.
Todas las partículas que se crean con
dicho rozamiento se convierten en el germen de nuevas realidades. Lo que en un
primer momento podía estar considerado como deshecho se erige de esta manera en
creación generadora.
Todo inicio es generador y todo proceso
posee grados de traumatismo por culpa del roce entre realidades. Siempre hay
tensión.
“Una línea de dirección variable, en
lazo, en espiral, en zigzag, en S…”
Mil Mesetas, GillesDeleuze y
FelixGuattari. Valencia, Pre-textos, 2002.
Con la ciencia-fricción estamos
tratando de posibles, de derivaciones, de participaciones contra natura, de
pactos demoníacos, de la fuga de lo humano y del despliegue de lo orgánico en
lo inorgánico, de lo no orgánico, de lo anorgánico y de lo sin órganos como
materia abarrotada de extrañas agencias, vitales líneas de actuación y vívidas
pulsiones. Un desafío contra el pensamiento racional, el libre albedrío contra
el determinismo.
De esta forma la ciencia-fricción pretende salvaguardar esta lucha
constante entre el sujeto generador y la realidad que habita, como forma de
emanación de nuevas realidades fantásticas, imaginativas, que no hacen sino
hablar de lo real a través de su descomposición y su desfragmentación .
Interpretar la realidad es lo que nos salva de hastío artístico. El no realismo
friccionista se muestra así como la más real de las verdades, desnudando el
ritmo estipulado para mostrar sus entrañas, su sexo, sus vísceras y sus
depravaciones, para hacernos reflexionar sobre el devenir de nuestro tiempo y
sus consecuencias.
Altas dosis de contenido técnico de base real, aderezado con pulsiones y
rozamientos de explícito y abundante englobado emocional y sexual, todo emerge
del deshacerse , de la fractura y el desmembramiento producido por la fuerza
que genera nuevas partículas y novedosas perspectivas, de las que podemos
partir para combinarlas, soldarlas y pegarlas como forma de construcción de
otra realidad, como un caldo de cultivo para nuevas realidades que se hacen
visibles, que han de ser visibles y que se visualizarán en futuros inciertos.
Hay indicios de que los mayas,
grandes conocedores de su cielo nocturno y de su entorno, le atribuyeron a la
palabra fricción todo el significado de la creación del universo. Como dato se
ha descubierto recientemente un nuevo ciclo calendárico (como si se tratase de
un nuevo tiempo paralelo) de 63 días, …se comprobó que el periodo estuvo
asociado con el ritual de taladrado de fuego (joch’ k’ahk’), es decir, de
generación, por fricción, de un fuego ritual dedicado al dios zarigüeya o
tlacuache. Aquí se entiende la relación de la creación del fuego con el
movimiento de fricción, extrapolada a la génesis del misterioso universo.
Sobre el misterio:
En nuestro universo el 73% de lo
que es, no sabemos qué es pero conocemos de su existencia, los científicos la
nombran “Energía Oscura” y punto final, el 23% de lo que constituye nuestro
universo se reconoce, se mide y se nombra “Materia Oscura”, el 4% restante, son
átomos, es decir, estrellas, el viento, tú y yo, así que somos minoría en el
cosmos, nos encontramos entre el macro y el micro, tenemos conciencia de ello y
alrededor y dentro de ambas realidades, circula un elenco de entidades, algunas
las percibimos, de otras nada más somos sus súbditos… nos confiamos al misterio
y trabajamos para el misterio.