El viernes día 15 a las 20:30 inauguramos nueva exposición. Esta vez el artista invitado es Miguel Vázquez, figura de prestigio internacional dentro del mundo de la cerámica y gran amigo de El Halcón Milenario. Os esperamos, será espectacular!.
Con “Retroactivos” Miguel Vázquez muestra en el Halcón Milenario un
juego: su juego con la porcelana y la cerámica, formas orgánicas, víricas, que nos pueden retrotraer por forma y concepto a la magia primigenia y a la
sorpresa que como espectadores podemos sentir por vez primera ante la magia de
un proceso desconocido y altamente atractivo para el ojo y el sentimiento. El
desconcierto que ocasionan algunas de sus piezas, poseedoras de fragilidad y
contundencia al cincuenta por ciento, estremece la retina y la divierte
haciendo cosquillas en los conductos de nuestro cerebro, formalmente dispuesto
como algunas de sus piezas que serpentean por las paredes de la sala, al tiempo
que sigue manteniendo viva la fascinación por una técnica ancestral,
redibujándola y presentándola nuevamente y en esencia para nuestro asombro.
Es un placer tener con nosotros a Miguel Vázquez, un placer contar con
una persona que no se calla, sabiendo gritar con el silencio de sus manos y
expulsar “virus e serpes” en diferentes soportes: placas de porcelana
traslúcidas hasta el filo del dolor ocular, víricos laberintos orgánicos de
colorida cerámica o una video instalación.
Miguel enseña a apreciar la cerámica inmediatamente porque nos transmite
esa apetencia genética de contactar con la tierra que tenemos olvidada y lo
hace de múltiples maneras, como excelente conocedor de técnica y proceso.
Una forma de expresión milenaria surgida de la
necesidad tanto de utilidad como de expresión natural del ser humano, las dos
igual de necesarias.
“Retroactivos” nos lo comunica con esa pasión tan antigua y tan
contemporánea que Vázquez manipula con simbiótica sabiduría.
Miguel, cual personaje conradiano, inquieto y delirante, que comenzó su
camino con el riesgo del viajero, polizón vital lleno de inconformismo y
rebeldía, tan necesaria para comunicar, llega a nuestra nave: El Halcón
Milenario, bienvenido a bordo!